jueves, 2 de octubre de 2014


MIS PRIMEROS PASOS (METROS)

Una semana más, aquí estamos de nuevo.

La semana pasada lo dejamos en que, no sin esfuerzos, llegué a esa farola “lejana” después haber sudado lo mío.

Vale, sí. Nos hemos caído tantas veces, que hemos llegado a perder la cuenta. Nos hemos caído tantas veces que podríamos escribir una Tesis Doctoral sobre ello. Hemos acabado doloridos, muchos de nosotros en ese “hueso de la risa” llamado “rabadilla” (por cierto, que hasta que nos hemos puesto los patines, nunca nos habíamos golpeado ahí). Después de todo esto, damos el día por finalizado y nos vamos a casa. Dejamos pasar un tiempo prudencial para “recomponernos” tanto física como mentalmente y.... nos volvemos a calzar los patines!!! (otra vez).

Dice un refrán que: “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, y como somos humanos pensamos: “Seguro que lo peor ha pasado ya. Ya he conseguido ponerme de pie y rodar unos metros...”, ahí va la “misma piedra”.

Nos armamos de valor, volvemos al mismo sitio, nos calzamos los patines y ... ¡¡¡casi me vuelvo a caer!!!.

- Pero bueno!!! vamos a ver... esto como era?, el otro día conseguí llegar hasta la farola. No se me puede haber olvidado en tan poco tiempo!!!.

Después de unos cuantos intentos, nos acordamos que la mejor idea para no volver a castigar la “rabadilla” es ir echado hacia delante y con las manos extendidas (por aquello de no pegar con la cara en el suelo).

- Ole!!! Ya lo he hecho unas cuantas veces y parece que la cosa funciona. Si al final va a ser que un/una fenómen@!!!. Venga, que la cosa promete!!!

Igual que Lavoisier dijo en su día “la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”... lo mismo pasa con los problemas en los patines.

Si mis primeros problemas fueron el mantener el equilibrio y no matarme en el intento... ahora se tornan en que... SE ME ACABA LA PISTA!!!!.

- Y ahora qué hago?. Me tiro al suelo?. No que eso ya sé que duele.

- Vale, me agarraré a esa farola / banco y freno (seguro que esto no falla!!!).

Ahora es cuando nos damos cuenta de que si bien, los patines no tenían motor (es verdad, los hemos mirado y no estaba), ¡¡¡AHORA TIENEN VIDA PROPIA!!!. Porque si no... que alguien me explique cómo he frenado con la farola y los patines han seguido ellos solos!!!.

Solución que nos vemos en el suelo OTRA VEZ, en algunos casos doloridos, y pensando... “vale, va a ser que esto no es buena idea”.

Nos levantamos y pensamos otra alternativa. ¿Cual es esta?... Fácil!!! Si veo que llevo demasiada velocidad y me va a pasar lo mismo, ¡¡¡pues giro y solucionado!!!. Menos mal que pensamos deprisa y sabemos de antemano a qué lado vamos a girar.

Todo un espectáculo!!!. Cuerpo semiflexionado (que así es como estoy más estable) manos hacia adelante e intentando girar hacia uno de los lados.

Algo no va bien porque yo me inclino hacia el lado y los patines siguen rectos!!!! Jolín con los problemas!!!

Bueno chic@s, en la próxima entrega os contaré cómo acabé girando (de aquella manera).